La RSD Alcalá llegó al Marino González con la ambición entre ceja y ceja: encadenar su segunda victoria consecutiva lejos del Val ante un Navalcarnero siempre rocoso en su feudo. Sobre el papel, el reto era mayúsculo; sobre el césped, los rojillos demostraron desde el primer minuto que el plan era tan claro como valiente. Lo que nadie esperaba era que el encuentro terminara convertido en una historia de dos mitades opuestas, casi contradictorias: una primera parte dominada  por el Alcalá, y una segunda donde los locales, más eficaces que brillantes, lograron dar la vuelta al marcador hasta el definitivo 3–1.

Un Alcalá superior, dueño del ritmo y de las ocasiones

Desde que el colegiado señaló el inicio, el partido tomó un color: rojillo. Los de Vivar Dorado ejecutaron una puesta en escena de manual, presionando arriba, robando con rapidez e hilando ataques que desactivaban al Navalcarnero una y otra vez. Las ocasiones no tardaron en llegar.

El primer aviso serio nació en las botas de Arribas.  El extremo encaró, apuró línea de fondo y sacó un centro medido al milímetro para Edu Viaña, que conectó un cabezazo impecable. El destino, caprichoso, quiso que el balón se marchara rozando el palo, ahogando un grito de gol que ya estaba en la garganta de los aficionados desplazados.

Apenas unos minutos después, llegó una doble ocasión tan clara como cruel: primero Salinas, luego Nico Sánchez, pero el marcador seguía sin moverse. El dominio era absoluto; el gol, inevitable.

Y llegó. Vaya si llegó.

Tras una jugada colectiva trenzada con paciencia y precisión, Arribas volvió a poner un centro perfecto al corazón del área pequeña, donde apareció Nico Sánchez, esta vez sí, para empujar a la red el 0–1. Un gol tan merecido como trabajado que hacía justicia a todo lo visto.

Cuando el equipo parecía tener el partido controlado, un penalti señalado a favor del Navalcarnero cambió el rumbo. Los locales no fallaron desde los once metros y el choque se marchó al descanso con un 1–1 que no reflejaba el monólogo rojillo.

El guion se tuerce tras el descanso

El inicio de la segunda parte mantuvo la misma inercia ofensiva del Alcalá. En un contragolpe rápido, otra vez Arribas sirvió un centro peligroso que quedó muerto en el área, pero ni Javi Hernández ni Nico Sánchez consiguieron dirigir el balón entre palos. 

El choque entró en una fase igualada, donde cada balón dividido parecía decidirse por detalles. Los locales se sintieron más cómodos en ese contexto, y mientras el Alcalá buscaba sin premio el segundo, el Navalcarnero esperaba su momento.

A falta de cinco minutos para el final, los locales aprovecharon un desajuste defensivo para firmar el 2–1. El golpe fue duro; el tiempo, escaso. Ya en el descuento, con el Alcalá volcado buscando el empate, el Navalcarnero sentenció con el 3–1 definitivo. 

Lo que sí quedó claro es el compromiso del equipo y, una vez más, el apoyo incondicional de la afición rojilla, que se dejó notar en el Marino González. Gracias a todos los que os desplazasteis: este equipo nunca camina solo.

FICHA TÉCNICA

CDA Navalcarnero:
Simón Núñez; Axel Espínola (García Martínez, 72’), Ricardo de Souza, Mario Jiménez (Guerrero Messoussi, 61’), Javier Bueno, Jesús Muñoz, Ángel Auñón, Iker Perera (Martín Martín, 72’), Jesús Villar (Álvarez Sáez, 88’), Joao Gil y Alejandro Altube (Pérez Vizuete, 61’).

RSD Alcalá:
Pantoja; Javi Jiménez, Jesús Arribas (Blanco, 83’), Sergio Marcos, Javi Hernández (Portero, 83’), Chete, Aitor González, Nico Sánchez, Edu Viaña, Dani Nieto (Marco López, 83’) y Salinas (Izan, 67’).

Árbitro:
Alberto Sevillano Marín del Comité de Andalucía; amonestó por el Navalcarnero a Espínola (7’), De Souza (22’), Bueno (54’), Altube (57’). Por la RSD Alcalá mostró amarilla a Javi Hernández (13’) y Chete (71’).

Escrito por: Ainhoa Riofrío

Fotografía: Víctor García